viernes, 27 de febrero de 2009

Mano y contramano













Hace algunos años el medio argentino se le animó al Camino del Inca. En esta agotadora travesía conoció a una pareja de franceses que tenían mucho para decir. Una de las mil anécdotas que contaron fue de más jugosa.
Ellos vivían en la Guayana Francesa. Comenzaron su viaje desde allí, bajando por la costa del Atlántico hasta llegar a la desembocadura del Amazonas. Desde allí y en barco, remontaron la famosa cuenca hasta llegar a Perú.
Contaba Alex que mientras navegaban, la embarcación se detuvo. Ellos, que no tenían un excelente dominio del idioma portugués, ni del Español, ni del Ingles, (pero entre todos armaban algo) comenzaron a averiguar que había sucedido. El barco había sufrido un desperfecto en el motor y no podían continuar, debían esperar 12 horas hasta que otro barco de la misma empresa pasara por ahí. Ellos, tremendamente consternados, intentaban hablar con los demás pasajeros que, para sorpresa de los franceses, no emitían ni sonido ni opinión. “Aquí en Sudamérica no saben lo que es la revolución”, decía Alex, hijo de una militante estudiantil participante del Mayo Francés. Claro, para él era difícil entender la pasividad de los demás, como nadie se revelaba ante semejante despropósito, cómo en la era de la comunicación debía esperar tanto para terminar su viaje.
Ayer el argentino medio recordó esta charla mientras observaba a un grupo de gente cortando la Avenida Pueyrredon, disgustados por la nueva normativa del a Jefatura de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires; la cual ha decido volver a hacer doble mano a dicha Avenida Porteña, con tres carriles para un lado y dos para el otro.
Este pequeño grupo de personas provocó un caos vehicular importante, en hora pico, que tuvo como consecuencia la transmisión de la protesta por varios medios periodísticos.
El argentino medio pensaba si aquel francés se sentiría feliz al ver que la gente levanta la bandera de la protesta ante algo que les parece injusto (hablando de bandera, uno de los manifestantes no paraba de flamear una bandera Argentina, ¿qué habrá querido decir con esa acción?, ¿pretenderá que conviertan a Pueyrredon en ruta nacional?, ¿habrá pensado que las nuevas dos vías traerían ingleses y ya estaba preparando el aceite caliente? o ¡¿tendrá un negocio de venta de banderas y estaba promocionando algún nuevo modelo?). También pensó si Alex estaría de acuerdo con que corten una de las arterias principales de la ciudad en un horario tan traumático.
El rechazo al cambio ha sido motivo de muchos estudios sociológicos y psicológicos. Sin embargo, este es un cambio con una particularidad: será puesto en práctica por 90 días. Con ese período contará la Legislatura Porteña para determinar si el cambio fue positivo o no; y en consecuencia, ampliar el período de prueba, formalizar la normativa o quitarla.
Entonces, el argentino medio se contacto vía mail con Alex y le contó la situación, a lo cual el francés dijo: “en Sudamérica siguen sin saber lo que es la revolución”.

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