lunes, 26 de enero de 2009

Un brindis por Manuel.

Durante el fin de semana tuve algunos encuentros con la realidad social argentina. Deseoso de comentarlos, espero estar a la altura de los lectores y ser un correcto relator de mis experiencias. Lógicamente las mismas entran por mis ojos y oídos, son procesadas por mi cerebro (o lo que queda de él) y vomitadas en éste espacio. Hecha esta aclaración, quiero que sepan que no estoy buscando consenso sobre mis opiniones, menos armar un grupo de auto ayuda. Quizá llamar a la reflexión, pero eso ya sería mucho pedir.
Transitando los primeros años de educación secundaria, mis compañeros y yo contábamos con la enorme bendición de poder elegir entre dos bibliotecas para buscar información. Es cierto, Bernal contaba con la Mariano Moreno (fundada en 1932) y la Manuel Estrada (fundada en 1938). Casualmente, ambos personajes ejercieron el periodismo con un nivel de redacción e intelectual difícilmente comparable en nuestro tiempo. Pero no me quiero entrometer en cuestiones biográficas, sino en la realidad cotidiana que sabíamos transitar aquellos adolescentes.
Lejos de saber que años después Internet nos daría casi toda la información que se necesita para estudiar, algunos optaban por la Estrada, más pequeña y con un clima más íntimo. Otros iban a la Moreno, más moderna y con otra estructura edilicia que atraía a los más jóvenes.
Calculo que no muchas ciudades del país tenía la posibilidad de contar con dos bibliotecas de éste nivel. Ambas tenían clasificados títulos muy antiguos y de un valor increíble, con un fácil acceso para la comunidad. Y para colmo, una enfrente de la otra.
Es claro, los años pasan y es probable que a instituciones como estas se les haga muy difícil conservar la concurrencia de antaño y que el mantenimiento de las mismas se haga cada vez más complicado.
Hacía varios años que no pasaba frente a las bibliotecas y el viernes lo hice. La Moreno está reluciente y con la fortuna de tener un auditorio que recibe casi todos los fines de semana a diferentes artistas realmente destacados de nuestro país. La Estrada tiene una iluminación que antes no tenía, está abierta de noche, grandes ventanales dejan ver su interior: claro, la Estrada es un hermosa cervecería, y muy bonita por cierto.
Les juro que con mucho desconsuelo observé mis años adolescentes pasando por la Estrada. Qué pasó?.
También intenté no quedarme en la queja lógica e ir un tanto más allá. Qué una biblioteca cierre sus puertas al público habla de un deterioro educacional o de una nula capacidad de quienes se encargan de la educación para actualizar estas instituciones?.
Ayer el diario Clarín publicó una nota que decía que la principal preocupación de los bonaerenses era la inseguridad. Lo que me llamó la atención era que la educación era la última preocupación de los que habitamos la provincia de Buenos Aires.
Es cierto que la inseguridad es un tema para solucionar hoy, pero no encontramos ninguna relación entre éste inconveniente y la falta de educación?.
Lejos de teorizar sobre temas que no son mi especialidad, me quedo en el papel que me toca, el de comunicador. Y observando esta realidad e imaginando un cuadro de situación hipotético, alcancé a ver a Manuel Estrada pidiendo una cerveza más e invitando a Mariano Moreno a cruzarse un ratito. Y aunque Estrada haya nacido 40 años después de la muerte de Moreno, éste se negó rotundamente a la invitación, dispuesto a morir en la suya, una vez más.

viernes, 23 de enero de 2009

Viernes que te quiero viernes!

Ustedes saben que VIERNES proviene del latín "veneris dies", día de Venus. Cuenta la historia que antes de la fundación de Roma, Venus era venerada como la diosa protectora de los huertos, pero a partir del siglo II antes de Cristo fue asimilada a la diosa griega Afrodita. Diosa del amor. Creo que es cierto, el viernes es un día genial para dedicárselo al amor, además comenzar el fin de semana con el pié derecho hace que el descanso sea más rendidor. Pero no todas las culturas se lo dedican al amor. Los árabes consideran que el viernes es el día de “reunión” y dedican parte de su tiempo a estar en la mezquita. Además, en idioma árabe viernes significa: “reunión”.
Un viernes que caiga en el día 13 de cualquier mes se considera un día de mala suerte en las culturas anglosajonas. Según los registros, un viernes 13 de octubre de 1307, bajo las órdenes del Rey Felipe IV de Francia, un grupo de los llamados Caballeros Templarios, fue capturado y llevado a la Santa Inquisición para ser juzgado y condenado por diversos crímenes en contra de la cristiandad. Desde aquel viernes, y hasta nuestro viernes, la tradición sigue intacta en varios lugares de Europa.
Sin embargo éste crisol de razas que conforma nuestro país ha dado otra cualidad casi inevitable a los viernes. El argentino medio considera a éste, el último día de la semana, el momento ideal para reunirse, al igual que los árabes. Tomamos algo de los griegos e intentamos ponerle pasión al viernes. Pero sin lugar a dudas, y aunque parezca mentira, la cultura anglosajona influye de manera significativa en nuestros viernes. Y por que hago esta introducción?. Según Clarín “El viernes se convirtió en el peor día para salir de la Ciudad”. Casi 2 millones de autos entran durante el día a la Capital, pero lo más cómico es que pretenden salir todos juntos. Según los especialistas, indican que el llamado horario pico se extiende cada vez, llegando a ser de 18hs. a 21.30hs. Puente Pueyrredon, Panamericana, Gral. Paz., todo colapsado.
Pero el argentino medio, entre bocina y toque de paragolpe, reflexiona. Piensa que es real la teoría que dice que el ser humano es el único ser que tropieza dos veces con la misma piedra. Es irritante pensar que todos los viernes existe el mismo problema. En ciertas ocasiones observa con gracia como Personal de Prefectura algunos viernes decide dirigir el transito vehicular y ciertos viernes no. Estarán cansados.
Si en dos años el parque automotriz creció un 45%, es lógico pensar que si tenemos un semáforo a 30 metros de la bajada de una autopista que hace dos años no formaba colas interminables, hoy si las forma. Hay que sacar el semáforo o correrlo?. El argentino medio no lo sabe, pero está seguro que hay no va. Como tampoco entiende como ese Dodge 1500 modelo 72, sin chapa patente y con claros signos de estar más cerca del arpa que de la guitarra, sigue en la calle. “Hay que sacar estos autos de circulación”, indica otro medio argentino desde su Ford K. Pero porqué mandar al pobre “yeyo” a la hoguera, porque destruir a un emblema nacional como el 1500; qué derecho tenemos de dejar al pobre hombre a pata?. Simple: las compañías de seguros no aseguran un auto en tan mal estado, evitan hacerlo también con vehículos con vidrios rotos o rajados y menos aún sin patente. Por ende ese automóvil transita ilegalmente, produciendo un volumen mayor en el parque automotriz y evitando el reciclado del mismo. Y si se trabaja sobre un Plan Canje?, “YA!!”. Yeyo, no tengo nada contra vos, pero no sabes como me rompe que al del K lo para la policía y a vos no, sabiendo que el que transita en infracción es el “milqui”, pero el K 0km. puede meter algo entre el registro y la cédula, no?.
Sin lugar a dudas es hora que los “especialistas” de vialidad junto con una decisión política firme, comiencen a trabajar en el tema. Queremos volver a tener viernes con más amor que bocinas, con más reunión que amontonamientos, con más suerte que desgracias.



martes, 20 de enero de 2009

Obama mia bama mia bama mia let me go!!!

El medio argentino medio tiene como característica principal no sentirse cómodo casi en ningún lado, y básicamente en su lugar de pertenencia. Alguna vez regresando de Europa pensé: “si éste vuelo me depositara en San Pablo, Caracas, Santiago o el DF, cuál sería la diferencia?”. Lógico, que no conozco a nadie, pero por lo demás….
Al ver tanto despliegue por la asunción del nuevo presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, empecé a recordar las aglomeraciones populares en nuestro país, y las motivaciones e ilusiones que ellas arengaban.
Recuerdo ver como familiares míos acondicionaban el redoblante para ir a los actos que convocaba Raúl Alfonsín en su campaña a presidente. Emociona pensar que un tipo, y todo lo que él significaba, llenaba una plaza de mayo o metía 1 millón de personas en la 9 de julio, sin demasiado clientelísmo.
Como un párrafo de un libro de Ibáñez, mi abuelo contaba la historia del 17 de octubre de 1945 con lágrimas en los ojos y con la misma voluntad que tenía hace 50 años parecía ponerse de pié en su andador para llegar a mojarse los pies en la fuente de la plaza. “Y a mi no me dieron nada, ni casa, ni juguetes, ni máquina de cocer, me dieron la esperanza de un país mejor”, decía mientras disfrutaba hablar de política con su nieto.
Cada tanto, generalmente a fin de año, recibimos esos mail en cadenas que dicen: “sabías que los chicos que el año que viene ingresan en la universidad no conocieron el walkman, ni vivieron el mundial 86?´”. Qué viejos nos sentimos,… o por lo menos hace que tomemos conciencia que algo de historia tenemos en nuestra espalda.
Pero siempre pienso que a estos mails les falta algo: “sabías que los chicos que entran éste año en la universidad no saben lo que es un líder carismático que por sus convicciones nos haga tener esperanza en el futuro y cariño por nuestra tierra?”.
Que lejos nos encontramos de volver a aquellos tiempos en los que una mente convocaba. De todos modos siempre prefiero ver con visión optimista y pensar que no es necesario volver, sino llegar a otro destino. Pensar en un futuro en el cual tengamos líderes de opinión, sin necesidad de que tomen clases de teatro para saber como mover los brazos en un discurso y así llegar al pueblo. ¿Es tan imposible pensar en un futuro con líderes de opinión que logren convocarte a tomar un colectivo para ir a escuchar su discurso y sus proyectos?. Desde donde tenemos que partir para llegar a ese destino, lamentablemente éste medio argentino medio no puede saberlo, solo nos quedaremos con la ilusión de llevar a nuestros hijos, mejor dicho a nuestros nietos, a la asunción de un presidente con la bandera argentina en la mano.




martes, 13 de enero de 2009

Quiero tocar la guitarra todo el día

El argentino medio sigue con el oído más afilado que nunca, tratando siempre de no despertar sospecha de su agudeza para escuchar lo que los demás quieren mantener en dudoso secreto.
Situación: ascensor. Un muchacho le dice al otro: “vengo del anterior laburo, fui a hacer unos trámites. Allá andan re calientes porque les pusieron reloj para marcar horario de entrada y salida, es para matarlo al jefe”. El argentino medio y los dos colegas de ascenso subían a sus respectivos pisos a trabajar, paradójicamente a horario.
Y ahí empecé a pensar, de donde sale esa característica tan peculiarmente nacional de no respetar los tiempos. En realidad yo me pregunté: “¿y cuál es el problema de marcar horario?, si nosotros tres estamos llegando a horario y nos vemos todos los días en este mismo cubículo, a la misma hora, o sea, la adecuada”, siempre sin emitir sonido alguno, si podría ser invisible, mejor.
El argentino medio vive tratando de trabajar lo menos posible y ganar cada vez más. Me pregunto si está mal: no, absolutamente no. Quiero trabajar cada vez menos y ganar cada vez más. Y si es posible no trabajar, mejor aún. Pero dónde, en que lugar se esconde la culpa. Por que no dudamos jamás en lanzar un “ah, a vos si que te va bien”, con singular envidia, a quien logra ese cometido. “Andá a laburar”, otra muy conocida también.
El periodista y escritor Enrique Symns hace mención en su libro “El Señor de los venenos” sobre un hecho que a mi me movilizó preguntas sobre estos menesteres. Symns comenta que en una fiesta en un departamento de un amigo un vecino se quejó por el fuerte volumen de la música. Era un día de semana y el vecino quería (¿o necesitaba?) dormir ya que tenía que levantarse a trabajar temprano. El amigo de Symns abrió la puerta, atendió el enfervorizado reclamo y respondió: “y quién le ha dicho a usted que el trabajo tiene más derecho a obtener ventajas que el placer de escuchar música a todo volumen?”.
Hasta donde estamos dispuestos a tirar de la cuerda, hasta que se rompa no?. Si cuando estamos buscando trabajo y conseguimos uno y nos ofrecen un sueldo por 8 horas de laburo, respondemos: Si, acepto. Por qué cuernos al segundo día queremos escapar a las 6 horas y al día siguiente a las 5. Y peor aún, cuando nos ponen un reloj nos quejamos como si tuviésemos derecho alguno.
Ser contradictorio el argentino medio, no?. Y ahora dejo de escribir porque voy a tratar de rajar antes del laburo.


lunes, 12 de enero de 2009

Haciendo la cola

Las consideraciones del día se refieren a un hecho bien típico del argentino medio: como nos gusta hacer cola. Los trámites en cualquier Registro Civil suelen se odiosos para cualquiera; lo paradójico es que son tan molestos para el que va a realizarlos como para el que los realiza. Y digo esto pensando en la falta de actitud del personal que en estos recintos trabaja, da la impresión que estamos ante una lucha enfervorizada por saber quien está más enojado, si ellos por trabajar ahí o nosotros por ir a molestarlos.
Abre a las 8hs., cierra a las 12hs.”Lindo horario”, rebuzna con ironía argentina una vieja sacacharla, a la cual ignoro sin ni si quiera cruzar mirada (si la miras estás perdido).
Comencé a hacer la cola a las 6.30, ya que me habían anticipado que si quería conseguir un número para realizar el trámite para anotar a mi hija había que estar temprano. Me lo tomé con filosofía oriental y con diario en mano me propuse hacer la fila sin chistar, tampoco hablar, pero si escuchar.
A las 8 de la mañana abrieron las puertas del Registro Civil y cual ganado nos dispusimos a ingresar en el recinto, y disparados, cada uno se dirigió al mostrador correspondiente. El mío era en el primer piso, llegué en séptimo lugar y detrás mío se ubicaron unas 50 personas, aproximadamente.
8.15 una dama con algunos kilos de más (al igual que la tintura que en su cabello relucía) abrió la puerta de la oficina que indicaba “NACIMIENTOS” – números limitados. Y exclamó: “solamente damos 5 números”.
Pero en que cabeza entra que en un Partido como Quilmes, se puedan anotar a 5 niños por día, “de qué planeta viniste gordi?”, me pregunté aún sin exteriorizar sonido. Una vez que atendió a las primeras 5 personas en la fila, volvió a mostrar sus credenciales y dijo: “por hoy no atendemos más, vuelvan mañana”. Eran las 9.00hs.
Viendo el incremento de la temperatura de los que tenía detrás de mí, me acerqué a la señora y le dije con considerable respeto: “pero vos que mierda te pensas, que yo mañana voy a venir a las 5 de la mañana, y pasado a las 4 y así hasta que a vos se te cante atendernos?”. A lo que me respondió: “las quejas abajo con la delegada”, y cerró la puerta ante el desconcierto de los allí presentes.
Un puñado de personas bajamos las escaleras buscando a “LA DELEGADA”. Otra empleada nos tomó el reclamo y nos dijo que aguardemos, mientras nos daba unos números para ordenarnos y de esta manera poder hablar con “LA DELEGADA”.
Esperando a ésta observé algo, de las 50 personas que estábamos en la cola para los nacimientos, 5 fueron atendidas, aproximadamente 10 bajamos a reclamar, de modo que sin chistar hubo 35 que tuvieron que volver al otro día. Bue, somos argentinos, un poco el dedito nos gusta no?. Pero como yo soy medio argentino, al ver la mano entera me asusto y me quejo.
“LA DELEGADA” me atendió y con todo respeto accedió a mi reclamo y me ofreció volver al día siguiente, con un turno dado por ella y con la promesa de atenderme personalmente. Hecho que efectivamente sucedió, pudiendo realizar mi trámite en tiempo y forma. Trámite que me permitió hacer otra serie de trámites.
Cuando me iba pensaba, si la señora con kilos de más y tintura haciendo juego hubiese tenido buena predisposición, hubiésemos ahorrado discusiones?. Si “LA DELEGADA” pusiera en práctica la metodología de los turnos, no sería todo más llevadero?. Si en vez de 10, nos hubiésemos quejado los 45, “LA DELEGADA” hubiese dado turnos a todos para el otro día?.
También me preguntaba si la señora con kilos de más y tintura en exceso cobraría un sueldo mediocre y por eso estaba enojada con nosotros. Si habría pasado una mala noche, al igual que todos nosotros, con recién nacidos que cada 3 horas necesitan comer.
Qué se yo, soy periodista, y preguntas me sobran. Pero algunas respuestas también me animo a dar. Que sociedad enferma que conformamos todos.


Primeras Consideraciones

Hace pocos días comencé una nueva vida, la de padre. Hace 12 días comenzó un nuevo año, el 2009. Hace 10 minutos tomé la decisión de retomar de forma pragmática mi amor por las letras. Estas son las consideraciones sobre la cotidianeidad de un tipo medio argentino, porque nunca me sentí muy de acá. Pero si me siento un Argentino Medio, ese que está en el montón, pero con ganas de sacar la cabeza siempre, el que sueña que va a hacer con la guita cuando gane el Quini 6, aunque nunca juega. El que putea cuando la gente ensuciala calle, mientras tira la colilla del cigarrillo a la vereda al terminar de fumar.

Medio Argentino o un Argentino Medio, para servirle.